El victimismo es una actitud que mina de forma importante nuestros esfuerzos a la hora de cambiar hábitos, como podrían ser nuestro cambio de hábitos alimentarios, por ejemplo. Con una actitud victimista tendemos a buscar "culpables" y "razones" en cualquier sitio para haber "fallado", y las excusas son frecuentes.
Como dietista trabajo con las personas para que logren hacer cambios de hábitos a nivel nutricional así como otros buenos hábitos para una buena salud. Y me doy cuenta de lo difícil que es ayudar a personas que viven su cambio de hábitos desde un lugar donde reinan las excusas, se culpabiliza a personas y situaciones, y en general, el mundo parece estar siempre "en contra de uno/a".
¿Somos todos victimistas?
Lo aceptemos o no, todos caemos en acciones y tácticas victimistas de vez en cuando para manipular situaciones y salirnos con la nuestra.
¿Por qué es malo hacerse la víctima?
Sin embargo una actitud crónica y permanente de victimismo es arriesgada para tu salud física, mental y emocional: tu postura de mártir te encadena a tus problemas y te inmoviliza. El victimismo es, además, tremendamente adictivo.
¿Cómo identificar la actitud victimista en las personas?
¿Qué pasa cuando una persona victimista deja de serlo?
¿Cómo dejar de vivir desde el victimismo?
El victimismo y la responsabilidad personal
El gran problema del victimismo es que lo usamos para quitarnos toda responsabilidad de encima de forma “cómoda” (pero ineficiente).
Puedes quejarte, sí, pero eso no te impide movilizarte y actuar cuando se debe.
¿Cómo nos hace "dependientes"el victimismo?
Cuando vives en un rol de víctima intentas controlar a las personas y los resultados. Entregas la llave de tu felicidad a otras personas o situaciones. Dependes de la cooperación del ambiente externo a ti para poder ser feliz.
Nuestra percepción del mundo y la realidad que nos rodea dependen de nuestro entendimiento, nivel de conciencia y el conjunto de nuestra personalidad. Una misma situación puede ser vivida de maneras infinitamente diferentes por diferentes personas.
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Victimismo: Responsabilidad Externa vs Responsabilidad Interna
La responsabilidad externa y la responsabilidad interna son fuerzas compensatorias. Tu necesidad de una disminuye cuando tienes un mayor control sobre la otra.
¿Qué ocurre cuando abandonas el victimismo y asumes tu responsabilidad?
Cuando tomas responsabilidad sobre tu propia felicidad estás en control de tu ambiente interno y tienes la llave de la felicidad en tus manos. Independientemente de lo que ocurra en el ambiente externo.
¿Por qué es importante empoderarnos y abandonar el victimismo?
Podemos elegir vivir la vida desde el victimismo, sintiéndonos pequeños e indefensos ante el mundo exterior, o desde la responsabilidad, sintiéndonos seres completos y poderosos en constante desarrollo y evolución.
El rol victimista y la abundancia
La persona que toma responsabilidad toma un rol creador y se permite vivir la vida en abundancia. La persona que se posiciona en el victimismo se envuelve de negatividad, tiene una idea rígida de cómo las cosas deberían de ser y se cierra a la magia de la vida y al aprendizaje. La persona victimista tendrá más probabilidades de caer en la pasividad, la inercia, los estados depresivos y la apatía.
El rol victimista y la libertad
La verdadera libertad te llega cuando consigues liberarte del victimismo. Cuando asumes la responsabilidad por quien eres, te abrazas y confías en tu potencial interior y todo lo bueno que hay ahí afuera para ti.
Este puede ser uno de los cambios más transformadores y decisivos que ocurran en tu vida.
Las personas que asumen la responsabilidad de su propia vida y su propia felicidad:
7 Preguntas para ayudarte a abandonar las tendencias victimistas
- ¿Qué ocurriría si te hicieras responsable de cada palabra que pronuncias?
- ¿Qué ganas y que pierdes cuando adoptas la postura de criatura indefensa?
- ¿Hubo un momento en tu pasado en que superaste un problema a base de hacerte la víctima? ¿Crees que esta estrategia te sirve a día de hoy?
- ¿Qué ocurriría si pasaras un mes entero sin culpar a nadie de nada?
- ¿Por qué no pruebas, sólo por hoy, a enfocarte en disfrutar más de los pequeños momentos y culpar y juzgar menos?
- ¿Qué ocurriría si añades más amor y menos drama en las pequeñas discusiones con tu pareja/madre/hermano/hijo?
- ¿Qué tal si empiezas hoy a practicar la autocrítica honesta en lugar de buscar culpables en todos los sitios?
¿Por qué es el victimismo un obstáculo en el cambio de hábitos?
Los cambios de hábitos requieren que tomemos el poder y que nos hagamos responsables de nuestros pensamientos, acciones y decisiones y que dejemos de culpar a las personas, al entorno y a las situaciones del día a día. Vivir "en la excusa" puede parecer "cómodo", pero es incómodo desde el punto de vista que estás predestinado/a a fallar en cualquier meta que te pongas.
Desde mi experiencia trabajando en consulta nutricional para dieta cetogénica te puedo decir que es un requisito básico el abandono del victimismo para poder lograr cambios reales, y es que de verdad, la actitud y el foco que tengamos lo es todo.
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Es difícil aceptarlo y hacer autocrítica pero… ¿Caes algunas veces en el rol de víctima? ¿Qué te lleva a ello? ¿Has aprendido con los años a hacerte más responsable sobre tu propia felicidad? Me encantaría leer tu opinión en el hilo de comentarios más abajo.
Un gran abrazo,
Cristina
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Hola Cristina, buen post y muy certero, sin duda.
Sin embargo, hay veces en que las cosas no son tan simples. Conozco personas que asumen las consecuencias de las decisiones que otros tomaron sobre sus vidas, y además en temas muy importantes.
Esas decisiones les condujeron a situaciones que acabaron mal.
Esa persona no puede vivir en el pasado.
Pero honestamente, es víctima de sus decisiones y de sus actos?
Ahí dejo la pregunta.
Un afectuoso saludo
Hola Adela Emilia, gracias por tu visita y tu comentario. Creo que la clave está en aceptar lo que no podemos cambiar (pasado) y responsabilizarnos sobre lo que si que podemos cambiar (momento presente). Y en el caso de que verdaderamente no podamos hacer absolutamente nada al respecto, entonces aún nos queda la posibilidad cambiar nuestra percepción de la situación y nuestra interpretación de esta. Nuestros pensamientos no son la realidad, son sólo nuestra interpretación, y si nuestros pensamientos cambian entonces todo cambia. Una persona que vive apegada a ese sentimiento de rencor y vive culpando a alguien de sus males es una persona encadenada, en estos casos se requiere además la capacidad de saber perdonar, porque sólo así esta persona volverá a ser libre. Pero si perdona entonces dejará de culpar hacia afuera y tendrá que responsabilizarse. Y no todos estamos preparados para responsabilizarnos. ¡Espero que tenga sentido lo que he dicho! 🙂
Un saludo,
Cristina
Cristina, muy interesante tu post. Me lleva a reflexionar sobre mi misma. Claro que si! Muchas veces uno adopta esas posturas de víctima, lo importante es reconocerlo, aceptarlo para poner un alto integral: en la mente, en el corazón y en el cuerpo. En mi caso, cuando adopto actitudes que no ayudan (no sólo de víctima) me duele el hombro derecho, gracias a eso, a veces logro parar rápido, otras aunque no pare después me auto analizo y reconozco mi parte. Muchas gracias por tu invitación a reflexionar.
Hola Angélica, gracias pro tu visita y tu comentario. Que interesante lo que me comentas del hombro, a mí me ocurre con los dientes y las encias, y a veces con el estómago. Que curioso que cada uno tengamos una parte del cuerpo que se encarga de alertarnos 🙂 Yo hasta le hablo al dolor cuando aparece, fíjate, y es que además es obediente 😉
Un saludo,
Cristina
Hola Cristina,
No se podría haber explicado mejor. Es tan importante tomar conciencia de que somos las responsables de lo que sucede en nuestra vidas. Ahí está el entorno sobre le que no podemos influir, claro, pero de tomar las cosas de una forma a hacerlo de otra hay una diferencia abismal.
Un abrazo.
Hola Cristina, gracias por tu visita y tu comentario. Efectivamente, si no podemos actuar o cambiar algo al menos deberíamos cambiar nuestra perspectiva ante el problema… pero siendo honestos… en la mayoría de los casos sí se puede actuar, un saludo! 🙂
Cristina
Hola Cristina,
Un gran tema el que tratas en el post. Me gusta especialmente porque todos, en algún momento, hemos padecido de este mal. Sin embargo, cuando te haces más consciente, eres capaz de darte cuenta en qué situaciones sueles adoptar el victimismo y esto te ayuda a cambiar.
No es sencillo, pero ser conscientes es un primer paso muy importante. Ya que para cambiar algo, primero hemos de saber qué nos ocurre. Por eso, creo que uno de los primeros pasos es escucharnos más y perder el miedo a quedarnos con nosotros mismos para analizarnos.
Un saludo enorme.
Hola Conchi, gracias por tu visita y tu comentario! Así es, darse cuenta es fundamental. Por eso hay que activar al observador que hay en nosotros y que nos informe y nos guíe para irnos corrigiendo un poquito cada vez 😉
Un fuerte abrazo,
Cristina
Esa personalidad del victimisarnos por todo y con todo es una enfermedad letal. La llave de mi felicidad la tengo solo yo, que otras personas son parte de esa felicidad no lo dudo. Cuando no reconocemos nuestros errores caemos lentamente a esa personalidad de creernos los mejores y no es así. La vida tiene acciones y esas acciones nos mueven.
Excelente post para cuidarnos y ser más responsables con uno mismo.
Saludos.
Hola Alexa, gracias por tu visita y tu comentario. Es cierto. Si no somos capaces de entender nuestra parte de responsabilidad y sistematicamente echamos la culpa de todo a las circunstancias externas nos negamos la posibilidad de crecer y evolucionar. Nos quedamos pequeñitos e indefensos y eso nos daña a nosotros y a los de nuestro entorno también. Pero lamentablemente es muy adictivo y es un círculo vicioso del que es difícil salir.
Un saludo,
Cristina
¡Hola Cristina!
Desde hace tiempo trabajo mucho mi parte emocional y mis niveles de energía y si hay una conclusión a la que he llegado es que, una vez pruebas las ventajas que tiene el responsabilizarte de tus acciones y actuar, no hay excusas para no seguir haciéndolo. Empiezas a sentir que todo va rodando y que tienes en tus manos el poder de cambiar las cosas, y eso es algo a lo que ya no quieres renunciar.
Un abrazo
Hola Amaya, gracias por tu visita y tu comentario. Que bien lo has dicho chica, no puedo estar más de acuerdo. Cuando una empieza a empoderarse ya no hay marcha atrás, imposible renunciar a esa libertad. De hecho miras atrás y te duele un poco ver como estabas de desvalida, pero el aprendizaje es lo que importa.
Un saludo,
Cristina
Conforme te leía me acordaba de mi padre y de lo que nos contaba cuando éramos pequeños, creo que gracias a su forma de ver la vida, nunca me sentí víctima y siempre hice el ejercicio de responsabilizarme. Entonces no lo entendía, aunque ahora veo los beneficios.
Un abrazo
Hola Raquel, gracias por tu visita y tu comentario. Que afortunada fuiste de crecer en una familia que transmitia estos valores. No sé como yo salí así como soy, seguro estos intereses que tengo no me los desarrollaron en el seno familiar 🙂
Un saludo guapa,
Cristina
Qué fuerte esto del victimismo!!!
Y lo más difícil es poder tomar la responsabilidad de lo que hacemos para sentirnos como victimas, es muy fuerte!!!
Tengo mucho rato buscando trabajando en mis emociones pero la realidad es que es muy difícil tratar de mantener el ritmo zen de mis propias emociones, porque soy como muy caótica en mis emociones, pero así es, así que a seguir trabajando.
Hola Gabriela, muchas gracias por tu visita y tu comentario. ¿Y quién no es caótico con sus emociones? 🙂 Todos tenemos nuestros ratos y nuestros puntos flojos que nos alteran. Pero eso, el tema es ir “observándonos” y aprendiendo, rompiendo patrones y creando nuevos, y enfocarnos en ser un poco más sabios cada día 🙂
Un saludo,
Cristina