A nivel emocional, nuestra fragilidad o fortaleza dependerá de nuestros hábitos mentales.
Según lo que pienses así sentirás, así actuarás y así irás forjando el mundo material e inmaterial que obtendrás en torno a ti.
De unos hábitos mentales saludables depende en gran medida nuestra felicidad, nuestro éxito en la vida e indudablemente, nuestro bienestar y nuestra salud.
¿Por qué es importante tener unos hábitos mentales saludables y positivos?
No nacemos con nuestros buenos o malos hábitos incorporados. Estos se crean y se instauran a través de un proceso de aprendizaje, sistematización y un perfeccionamiento gradual.
Los hábitos son algo conveniente, porque entran a formar parte de nuestro subconsciente y nos permiten hacer actividades casi en piloto automático y sin requerir excesiva concentración (como conducir es para un conductor experto, por ejemplo).
El problema es cuando nuestros hábitos mentales son dañinos, nos empequeñecen, nos limitan y nos enferman.
Dicen que se necesitan 3 semanas para construir un hábito nuevo. Sin embargo, aquí no creo que aplique. El desarrollo personal es un camino, no un fin. Irás por el camino correcto siempre que vayas mejorando un poquito cada día.
Los 12 hábitos mentales óptimos que te llevarán de la pequeñez a la grandeza
#1 - Creer en ti misma
Este ya está muy manido. Lo sé. Miles de frasecitas recordándotelo inundan tus redes sociales.
Sin embargo es ciertamente la base sobre la que se construye todo.
Como decía Henry Ford, “Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, eres estás en lo cierto”.#2 - Aceptarte como eres
Otra frase tan vista que se hace hasta odiosa…
Pero es que tienes dos opciones, o te aceptas a ti misma o vivirás pendiente de la aceptación y la aprobación de los demás.
¿Con cuál te quedas? La auto aceptación es un camino largo de emprender, pero vale el esfuerzo. Lo verdaderamente difícil es vivir intentando gustar y agradar a todos mientras te detestas a ti misma.#3 - Intentar sentirte bien cada día
Habrá días menos brillantes, momentos en que te sientas desmotivada y decaída, e incluso momentos de dolor e impotencia.
Sin embargo estos no pueden ser la norma. No has venido al mundo a sufrir; es imposible que nadie llegue a este planeta con ese proposito.
Y lo cierto es que incluso en tus peores días siempre tendrás cosas que agradecer. Introduce la técnica del agradecimiento cuando te sientas decaer y haz un esfuerzo por sentirte bien, día a día, hasta que el bienestar sea el patrón que rija en tu vida.
#4 - Disfrutar de lo que haces
Seguro que haces un montón de cosas que no quisieras hacer. Lo haces por no saber decir “no”, por compromiso, para evitar críticas, etc.
Hacer actividades sin el deseo genuino de participar en ellas te resta cantidades enormes de energía que podrías estar empleando más eficazmente, y además mina tu autoestima.
Intenta establecer tus prioridades, negociar alternativas con las personas involucradas, y si realmente hay algunas actividades que no puedes evitar, entonces acéptalas de corazón e intenta sacar el mejor provecho posible de ellas.
#5- Potenciar tu sentido del humor
A la risa no de damos la importancia que merece. Sólo cuando de casualidad nos hemos vuelto a reír fuerte y con ganas nos damos cuenta del bien que nos hace y lo mucho que nos une a los demás.
Y no es necesario que la risa sea sonora, el sentido del humor es una herramienta perfecta para relajar tensiones, ver las cosas desde una perspectiva nueva y fresca, y salir airosa de situaciones comprometidas.
Seguro que en tu época adolescente tenías un sentido del humor bien afinado que quizás has ido perdiendo con los años. Recupéralo.
#6- Admitir tus limitaciones
Sí, somos magníficas y somos talentosas. Pero no podemos ser buenas en todo… ¿o sí?
Definitivamente cada una de nosotras tenemos aptitudes que nos hacen el camino más fácil en ciertos terrenos, mientras que tenemos otras áreas en las que nos arrastramos más. Una razón puede ser que son áreas que no nos interesan demasiado y no ponemos intención.
No pasa nada, pero tampoco te etiquetes. Enfócate en lo que se te da bien y no dejes de ser curiosa; no pares de desarrollar competencias y conocimientos en otros ámbitos que te lleven a engrandecer tu lista de posibilidades.
#7- Aprender de tus errores
Esto es importante. Lo sabemos pero a menudo no lo aplicamos.
Piensa que te vas a tropezar una y otra vez con la misma piedra en tu camino hasta que aprendas a identificarla y sortearla.
Veo a mi alrededor personas que llevan años tropezando con estas piedras, incapaces de recibir el aprendizaje que les toca aprender. Ni aun poniendo la solución delante de sus narices la reconocen. No seas una de ellas#8 - No te machaques en los momentos difíciles
Permítete equivocarte, hacerlo mal, no estar a la altura de tus expectativas. Acepta que a tu vida lleguen situaciones poco agradables: enfermedad, tristeza, pérdida, dolor.
Piensa que cada momento es perfecto, porque es justo lo que necesitas para crecer y hacer tu necesaria evolución personal.
No seas demasiado dura contigo misma… ¿Cómo consolarías a tu mejor amiga si se encontrase en una situación equivalente? ¿Por qué crees que tú no mereces el mismo amor?
#9- Prémiate cuando estés baja de ánimo
Tienes derecho a estar baja de ánimo. Tienes derecho a darte una pausa, trabajar en ti, y salir fortalecida. Y tienes derecho a una medallita mental por cada cosa que has conseguido con tesón.
Date un capricho sano cuando estés baja de moral, uno de esos que te hacen tanto bien: apúntate a ese curso que hace tiempo tienes ganas de tomar, ponte esa peli que tanto te gusta, cómprate un libro de uno de tus autores favoritos.
Eso sí, evita los “premios” que no son premios: comida basura, alcohol, compras compulsivas, etc. Busca premios que te sumen, no “premios” que te resten.
#10 - Confía en tus posibilidades
Es una de esas cosas que nadie puede hacer por ti.
Eres capaz de conseguir lo que te propongas si estás dispuesta a trabajar por ello y ser constante.
Evoca en tu mente cuántas cosas has conseguido hacer que en su día creíste que no era posible. Utiliza ese conocimiento como regla multiusos en tu vida.
#11 - No te agotes físicamente
Esto incluye lo positivo y lo negativo. Enamorarse perdidamente también agota. Trabajar en tus sueños con fervor también.
Aquí viene mi punto favorito: ante todo no descuidar la salud. Permitirnos descansar las horas necesarias, ejercitar regularmente nuestros cuerpos, encontrar momentos de desconexión, comer alimentos nutritivos. Todo esto es esencial.
Si no escuchas las pequeñas señales de tu cuerpo al cabo del tiempo puede aparecer el dolor y la enfermedad. Se presentarán como un regalo divino para hacerte ralentizar y priorizar. Por lo tanto mejor hacer caso desde el principio.#12 - No te recrimines por lo que no has sido capaz de hacer, mejor empújate siempre a crecer y mejorar
No te puedes permitir lamentarte por lo que has hecho mal. Si es algo importante y necesario para ti, entonces fórmate, experimenta, comprométete a aprender y mejorar.
No se me ocurre mejor inversión que invertir en tus aptitudes y conocimientos.
En definitiva serás lo que tu mente diga que puedes ser.
Tus viejos e inefectivos hábitos mentales desaparecerán cuando los suplantes por otros nuevos.
Incorporar hábitos mentales saludables y positivos mejorará tu equilibrio entre cuerpo y mente, tu calidad de vida, la forma en la que te relacionas con el mundo, y tu capacidad de éxito en las metas que te propongas.
Y tú, ¿en qué punto encuentras más resistencia? Mi punto más flojo es el 10. Me encantará leer cuál es el tuyo en el hilo de comentarios que encontrarás más abajo.
Un saludo,
Cristina
Bueno pues que mal, estoy baja en todos los puntos. Me hace falta un.poquito de todo, amor, humor, creer en mi, pero sobre todo me falta autoestima y coherencia en mi día a día para empezar a hacer lo que quiera con mi vida y saber decir NO cuando yo crea.
¡Hola Fatima! Gracias por tu visita y tu comentario. Bueno, reconociéndolo ya estás dando el paso más necesario, el que puede cambiarlo todo. Pues adelante, a hacer esos pequeños cambios día a día que marcan grandes diferencias a la larga. Sin duda si se quiere se puede 🙂
Un abrazo,
Cristina