La dieta cetogénica es un estilo de alimentación acorde al diseño del ser humano. Hemos evolucionado gracias a poder entrar en cetosis nutricional, estado que además favorece la salud. Si la cetosis nutricional fuera un problema, hoy nuestra especie no estaría aquí. Desde esta perspectiva, podríamos decir que una dieta cetogénica bien planteada es una aproximación nutricional apta para todos y de la que todos podemos beneficiarnos. Una excepción a esto serían las personas que padecen algunas enfermedades metabólicas raras que están relacionadas con el metabolismo de las grasas o deficiencias enzimáticas a la hora de sintetizar y utilizar cuerpos cetónicos. Sin embargo, estas enfermedades metabólicas no pasan nunca desapercibidas y estas personas están diagnosticadas desde la infancia y siempre son conocedoras de su situación.
Existen otros perfiles, como las mujeres embarazadas, con los cuales debemos ser precavidos, más que nada por la falta de estudios que prueben la seguridad o idoneidad de la dieta cetogénica durante la gestación. Sin embargo, en la historia de la evolución hemos sido capaces de llevar a cabo la reproducción humana de principio a fin en estado de cetosis nutricional. Lo cual, ya de por sí, indicaría que estamos adaptados y preparados para ello. Es más, los bebés nacen en cetosis y están prácticamente siempre en estado de cetosis nutricional hasta que comienza a introducirse una alimentación rica en cereales y frutas.
En el caso de personas sin vesícula biliar es importante destacar que estas personas sí que podrían llevar una dieta cetogénica, en la mayoría de casos, simplemente aplicando un aumento progresivo y según tolerancia de las grasas dentro de la dieta. Y desde mi punto de vista y experiencia profesional, es un error pensar que las personas sin vesícula biliar simplemente no deberían llevar a cabo una dieta cetogénica. Con perseverancia y trabajando adecuadamente en la tolerancia y manejo de las grasas por parte de la persona y su metabolismo, se puede.
Muchas veces también se argumenta que la dieta cetogénica no es recomendable para personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Si bien este es un tema complejo que sale del ámbito de la dietética y toca el ámbito de la psicología, puedo decir que muchas mujeres, desde mi experiencia en consulta, han logrado, gracias a la dieta cetogénica, hacer las paces con la comida, con su ansiedad por comer, regulares atracones, y por su obsesión permanente con la báscula.
Por otro lado, decir que una dieta cetogénica es una perfecta herramienta de salud para la creciente epidemia de diabetes, obesidad, inflamación crónica y enfermedades metabólicas crónicas que sufrimos en el mundo moderno.
RESUMEN
La dieta cetogénica es un estilo de alimentación acorde al diseño del ser humano. Hemos evolucionado gracias a poder entrar en cetosis nutricional, estado que además favorece la salud. Podríamos decir que una dieta cetogénica bien planteada es una aproximación nutricional apta para todos y de la que todos podemos beneficiarnos. Una excepción a esto serían las personas que padecen algunas enfermedades metabólicas raras relacionadas con el metabolismo de las grasas o deficiencias enzimáticas a la hora de sintetizar y utilizar cuerpos cetónicos. En el caso de las mujeres embarazadas o personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) deberíamos de ser precavidos (más que nada por la falta de estudios en este ámbito) y siempre recomendar un enfoque multidisciplinar en la medida que se pueda. Por otro lado, decir que una dieta cetogénica es una perfecta herramienta de salud para la creciente epidemia de diabetes, obesidad, inflamación crónica y enfermedades metabólicas crónicas que sufrimos en el mundo moderno.
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Un fuerte abrazo,
Cristina