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Los 7 pilares de la salud natural: Pilar #3 – El Equilibrio Emocional

Las emociones que vivimos y desarrollamos son un factor determinante en la salud y el bienestar de las personas. Ya casi nadie pone en duda que salud y emociones están íntimamente relacionadas.

Todas nuestras emociones, incluso las negativas, deben ser bienvenidas porque tienen un papel y una función que cumplir. Pero el director de orquesta deberíamos ser nosotras y nuestro pensamiento consciente, y no nuestras emociones desbocadas.

Vamos a ver más detalladamente como nuestras emociones influyen en nuestra salud y unos sencillos consejos para entenderlas mejor y tenerlas bajo control.

Las emociones y su incidencia sobre nuestra salud

Las personas muy introvertidas, depresivas o que sufren aislamiento social tienden a tener resfriados más fuertes y más intensos.

Individuos de carácter agresivo, o muy competitivos o los que viven a contrarreloj siempre obsesionados con el tiempo tienden a sufrir más ataques cardíacos.

Aquellos que tienen hostilidad reprimida o ansiedad pueden más fácilmente desarrollar úlceras.

Personas que viven en una continua congoja y están angustiadas y/o deprimidas son más proclives a sufrir cáncer.

Las emociones y su química

Cada emoción que sentimos tiene un valor, un significado y una utilidad. Y este conjunto nos prepara para responder, para ese siguiente paso, para la acción.

Sin embargo, el problema ocurre cuando estas emociones son negativas y perjudiciales, nos invaden con frecuencia, y se perpetúan en el tiempo.

Para explicarlo de forma sencilla es como si cada emoción que sentimos tuviera un sello único. Ese sello se transmite por el sistema nervioso central e interactúa con nuestro organismo creando la química específica que corresponde a ese sello.

Esa química producida en nuestro organismo puede alterar la respuesta inmunitaria y el funcionamiento de los diferentes órganos y sistemas de nuestro cuerpo a nivel físico y mental.

Por increíble que te parezca, las palabras que dices o los pensamientos que tienes crean emociones, y cuando tú tienes ese pensamiento y esa emoción, tu cuerpo está escuchando. Y su tendencia natural es a darte la razón.

Entendiendo el proceso: del pensamiento a la emoción

El hecho de que diferentes emociones están precedidas por distintos tipos de pensamientos significa que puedes cambiar, controlar o regular tus emociones solo con controlar tus pensamientos.

  • La ira, por ejemplo, es normalmente precedida por pensamientos sobre un intruso u obstáculo en tu camino. Crees que algo o alguien te impide alcanzar esa meta deseada y atesorada.
  • La tristeza normalmente es precedida por el pensamiento de que te falta o has perdido algo valioso.
  • La ansiedad es precedida por sentimientos de incertidumbre o pérdida de control.
  • El orgullo es desencadenado cuando atribuyes un resultado exitoso a tus propias acciones o habilidades.
  • Te sientes agradecida cuando atribuyes el éxito de las acciones a alguien más, o la suerte.

Las emociones se materializan de varias maneras

Las emociones se pueden manifestar a nivel físico y a nivel conductual.

  1. A nivel físico pueden afectar al sistema cardiovascular en forma de aumento de la frecuencia cardíaca, arritmias o hipertensión arterial. En cuanto al aparato respiratorio en forma de asma o alergias. Pueden también inducir patologías musculares o articularesEnfermedades de la piel como el eccema o el prurito. A nivel gástrico con úlceras, colitis, o colon irritable. A nivel inmunológico con gripes, catarros, bronquitis, etc.
  2. A nivel conductual pueden crear deterioro en las relaciones personales, fallos en la comunicación con los demás y pueden acabar en el consumo excesivo de fármacos como analgésicos o ansiolíticos. También puede haber mayor tendencia a tener addiciones, como el incremento del consumo de alcohol o drogas, o el comer en exceso.

El hueco formativo respecto al poder de las emociones entre los profesionales de la salud

En la mayoría de casos los profesionales de la salud están poco formados para comprender las repercusiones que el mundo emocional de sus pacientes tiene sobre su propia salud.

Pueden estar formados para diagnosticar muy bien a los pacientes, aconsejar los mejores tratamientos, observar y evaluar el progreso de la enfermedad. Pero falta  a menudo esta pieza clave tan importante que es el ámbito emocional.

Mandar pacientes con enfermedades psicosomáticas a un psiquiatra tampoco es lo más conveniente la mayoría de veces. El paciente se queda en un limbo y siente que no encaja en ningún sitio, que nadie le puede ciertamente ayudar.

La “trampa” de las emociones en la salud

Creemos que controlamos lo que hacemos y lo que sentimos. Pero no es tanto así. Cada día nuestra “radio mental” va por libre emitiendo muchos pensamientos, y muchas veces estos son negativos. Ese conjunto de pensamientos y emociones de los que no somos conscientes afectan a nuestra salud en mayor o menor grado.

Todo sería más fácil si alguien nos hubiera enseñando desde muy pequeñas cómo ser coherentes con lo que pensamos, sentimos y hacemos. Cómo cada cosa enlaza con la otra. Cómo la coherencia es la base que nos lleva del caos a la armonía.

También hemos aprendido a asumir un rol pasivo en cuanto a la enfermedad. Cuando enfermamos tomamos un medicamento y esperamos que éste nos cure. Que nos solucione el problema.

¿Qué ocurre cuando el problema físico es una manifestación de nuestros pensamientos y emociones? ¿Qué medicina va a curar un problema que nosotros mismos hemos creado y del que no nos hacemos responsables?

Quizás el medicamento sirva de parche temporal. Quizás te suprima los síntomas. Pero el problema sigue ahí y volverá a manifestarse. De una forma u otra.

Controlar las emociones VS. suprimir las emociones

La habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación no debe confundirse con la supresión de las emociones.

Suprimir las emociones no hace que las emociones desaparezcan, el sistema límbico de tu cerebro se activa y permanece activado aunque tú no expreses esa emoción.

Suprimir emociones además implica esfuerzo y capacidad cerebral, por lo que no te quedara mucha capacidad sobrante para concentrarte en la tarea a realizar. Y por último, aunque tú reprimas tus emociones, los demás pueden sentirlas y te perjudica tanto a ti como a la calidad de tus relaciones.

¿Qué ocurre a nivel fisiológico cuando tienes control sobre tus emociones?

Cuando empiezas a reaccionar de forma diferente ante tus emociones empiezas a crear nuevas conexiones sinápticas que cambian el alambrado cerebral. La ciencia dice que se necesitan 21 días para formar un hábito. Así que en 21 días tu nuevo “yo” con tu conquistado control emocional podría estar ya en marcha.

Cuando tienes control sobre tus emociones la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que te permite tomar las decisiones que deseas, está más disponible para ti, permitiéndote tomar mejores decisiones y reaccionar de forma más racional.

Cuando pierdes el control de tus emociones, tu sistema límbico se apodera del funcionamiento de tu cerebro y no puedes pensar tan claramente. Tu capacidad de tomar decisiones sufre.

Estrategias para ganar control interno sobre tus emociones

1) Selección de situaciones: Técnica preventiva basada en evitar situaciones que evocan sentimientos negativos indeseados. Si sabemos que cierta persona nos provoca decaimiento y tristeza sería mejor evitar verla antes de una entrevista de trabajo importante, por ejemplo.

2) Etiquetar las emociones: Decirte a ti misma que te sientes triste o enfadada o frustrada cuando es así. El simple hecho de ponerle nombre hará decrecer su poder sobre ti. Saber exactamente lo que sientes disminuye la incertidumbre y te da una sensación de control sobre la emoción negativa que estás sintiendo. Pero no deberías caer en análisis complejos del por qué y el cómo, porque eso también va a empeorar la situación. Etiquétalo y déjalo ir.

3) Despliegue de atención: dirigir tu atención lejos de las cosas que desencadenan pensamientos negativos y dirigirlos hacia cosas que producen pensamientos positivos. Es similar al punto 1 pero aquí ocurre que la emoción negativa ya se ha desencadenado y necesitamos encauzarla. Por ejemplo si nos sentimos apenadas por la muerte de un ser querido podemos dirigir nuestra atención a momentos maravillosos que hemos vívido en su compañía y agradecer profundamente la oportunidad que se nos dio.

4) Reevaluación cognitiva: reinterpretar situaciones para sentirnos mejor acerca de ellas. Busca nuevos enfoques a problemas. Puedes haber perdido tu empleo pero… ¿quizás es una oportunidad perfecta de ponerte a estudiar aquello que siempre has querido aprender?

5) ¡Quítale madera al tema! Cuando te asalte el pánico, el miedo, la ansiedad, la incertidumbre… tararea una canción alegre… canta a pleno pulmón… silba… baila… repite un mantra… visualiza una imagen bonita y placentera. Si lo haces como una rutina verás que al final crearás esas nuevas conexiones sinápticas de las que te hablaba anteriormente. Y cuando tú cambies todo empezará a cambiar.

Ya sabes, como dicen los angloparlantes, “fake it until you make it”. O sea, haz teatro hasta que te salga natural.

¿Tienes otras técnicas de control emocional? ¿Cómo canalizas tus emociones negativas? ¿Sospechas que ciertas emociones que sientes están repercutiendo negativamente en tu salud? Me encantaría escuchar sobre ello en el hilo de comentarios ¡te espero!

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